Por: Harold Cárdenas Lema
La Revolución cubana no sobrevivirá sin nuevos consensos. Aún así, la fórmula actual de qué es un revolucionario y el papel que le toca en la sociedad, es tan caricaturesca y políticamente correcta que no resulta atractiva, no genera empatía. Entonces los revolucionarios en la sociedad siguen esperando en el banquillo que alguien recuerde que son ellos los protagonistas y no actores contemplativos. Los condenados de la izquierda somos los que sufrimos las victorias del dogma y la inercia sobre el sentido común, y duele.
Vemos la Revolución diluirse entre los dedos sin que nos dejen hacer más al respecto. Con el paso de los años se nos olvidó hacer política, generar consensos, replantearnos objetivos y cambiar. En algún momento perdimos la capacidad de transformarnos sin parecer revisionistas, ser atrevidos sin parecer peligrosos, soñar más allá de los planes de trabajo. Porque apoyar el proyecto nacional…
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