Por Arthur González
Berta Soler, quien se apoderó a la fuerza de la dirección de las llamadas “Damas” de Blanco, tras la muerte de Laura Pollán, logró hacer carrera gracias al apoyo brindado por la Fundación Nacional Cubano Americana, FNCA, especialmente de su mentora Laly Samper.
Con el propósito de hacerle creer a la opinión pública de la existencia en Cuba de una “poderosa oposición”, que nadie ve ni apoya, a Berta la han paseado por las capitales europeas, a un alto costo del presupuesto conformado por 20 millones de dólares anuales aprobado por la Casa Blanca, destinado a las acciones subversivas.
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