Hoy entiendo con mayor claridad por qué una calle no debe llevar tu nombre, por qué sería loca la idea de perpetuarte en una estatua o monumento. ¿Cómo un artista sería capaz de hacerlo con un simple pedestal y una imagen captar tu inmensidad? ¿Cómo una simple calle o plaza pueden mostrarte en movimiento, expresándote, invitando a reflexionar?
Y aún me pregunto, puede un artista por avezado que sea, mostrar la magia de tus manos, la expresión de tus gesto, porque tus manos son tan expresivas como tu rostro; no, claro que no, de eso nos encargamos los agradecidos, porque Cuba, no lo dudes, se levanta cada mañana contigo, los mitos de tu gente lo construyen tus hazañas, los desvelos, el afán de saber qué piensan, tu audacia, fuerza y valor. Por eso para algunos aquel terrible amanecer del 26, en que les sorprendió un eterno viaje, no fue…
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