Tomado de CubaDebate
Se va a llamar Nirza, dijo Sara, la madre de la pequeña. De ahora en lo adelante crecerá con ese nombre, ratificó Fernando, el padre. Y de esta manera, ambos progenitores sellaron un pacto de gratitud con la persona que salvó del infortunio a esta familia boliviana.
El nombre es ajeno a su cultura y quizás ellos jamás lo habían escuchado. Pero no importa. Hay un mandamiento más fuerte que rompe cualquier dogma: el amor. Por eso decidieron que su hija más pequeña llevaría el nombre de la Dra cubana Nirza García Valdés, quien a partir de ahora también será su madrina.
Es una historia sencilla, quizás similar a otras que han escrito decenas, cientos… o quizás miles de médicos cubanos en otras partes del mundo. Sin embargo, en la espontaneidad de los hechos –responsabilidad y ética- radica su grandeza, al punto que estos llegan a trascender…
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