Tomado de Prensa Latina.

Se parte de esa idea y se sigue hasta llegar a seleccionar a las personas, descartar a los pobres e inmolar en el altar del progreso al que se queda atrás, dijo Francisco, y advirtió que ‘esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos’.
Al pedir ‘que lo que está pasando nos sacuda por dentro’, el papa precisó que ‘es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad’ e invitó a aprender de ‘la primera comunidad cristiana’, según el libro de los Hechos de los Apóstoles.
En ese sentido, citó a ese texto al recordar que ‘los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno’ y afirmó que eso ‘no es ideología, es cristianismo’.