Tomado de Granma.
Hace hoy 140 años del día memorable en que un viajero llegara a Caracas y, sin sacudirse el polvo del camino, preguntara cómo se llegaba a la estatua de Bolívar, sin haber siquiera pensado en el sitio que, por esos lares, lo cobijaría.
Tanta emoción despertaba en el cubano la grandeza de El Libertador, que lloraba entonces ante su imponencia; tanta admiración sintió por aquel hombre inagotable, que quiso que los niños supieran de su existencia y, sobre él, les habló en La Edad de Oro.
Como Venezuela, Cuba era entonces un país oprimido, y a los dos les pesaba en el alma ese dolor. Como el Héroe venezolano, fue Martí líder del pueblo, porque en la consulta a sí mismos, nada como la libertad de la patria ocupó espacio mayor.
Como a Bolívar, le importó al viajero el destino victorioso de América, porque para ambos toda ella importaba tanto como el cerco restringido en que se viene al mundo. Para los dos nada importó más que la humanidad entera. Se negaron a vivir sin decoro porque llevaron en sí el de todos los que vivieron contentos sin tenerlo.
Aquel que pidió servir a Venezuela en lo que fuere necesario, porque en él tenía esa tierra a un hijo, se rebeló, como Bolívar, contra los saqueadores de la dicha. Y como él, dispuso su vida a los pies de la dignidad humana.
Solo los ingratos torcerían el rumbo iluminado que ellos trazaron. Que no se asombre, pues, el mundo, del destino asumido por Cuba y Venezuela. Herederas de hombres sagrados, andan en cuadro apretado «para que no pase el gigante de las siete leguas».
Enlace: http://www.granma.cu/cultura/2021-01-21/hombres-sagrados-de-cuba-y-venezuela-21-01-2021-01-01-05
Ven-Cuba 