Noam Chomsky sobre Julian Assange: Cometió un pecado capital al develar crímenes de los Estados Unidos

Tomado de Cubadebate.

En una reciente entrevista, realizada por su fiel colaborador, C. J. Polychroniou, Noam Chomsky, una de las más destacadas personalidades académicas vivas, que elaboró, junto a Edward Herman, el concepto de «modelo de propaganda», analiza la cuestión de quién va ganando la guerra de propaganda en Ucrania y discute de qué modo los medios sociales configuran la realidad política hoy en día, analiza si el «modelo de propaganda» todavía funciona.

También comparte su opinión sobre el caso de Julian Assange y lo que revela sobre los principios democráticos estadounidenses su ya casi segura extradición a los Estados Unidos, por haber cometido el «delito» de divulgar información pública sobre las guerras de Afganistán e Irak.

Cubadebate reproduce este fragmento de la entrevista para sus lectores:

C.J- Un juez del Reino Unido ha aprobado formalmente la extradición de Julian Assange a EE.UU., a pesar de la profunda preocupación de que tal medida le coloque en riesgo de «graves violaciones de los derechos humanos», tal como advirtió hace un par de años Agnés Callamard, ex relatora especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias. En caso de que Assange se vea efectivamente extraditado a los Estados Unidos, lo que ya es casi seguro, se enfrenta a penas de hasta 175 años de prisión por hacer pública información sobre las guerras de Irak y Afganistán. ¿Puede comentar el caso de Julian Assange, la ley utilizada para procesarlo, lo que su persecución revela sobre la libertad de expresión y el estado de la democracia estadounidense?

Chomsky: Assange ha estado retenido durante años en condiciones que equivalen a tortura. Eso resulta bastante evidente para cualquiera que haya podido visitarle (yo tuve una vez la oprtunidad de hacerlo) y quedó confirmado por el Relator Especial de la ONU sobre Tortura [y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes], Nils Melzer, en mayo de 2019.

Pocos días después, Assange fue imputado por la administración Trump en virtud de la Ley de Espionaje de 1917, la misma ley que empleó el presidente Wilson para encarcelar a Eugene Debs (entre otros crímenes de Estado cometidos utilizando dicha ley).

Dejando a un lado los tejemanejes legalistas, las razones básicas para la tortura y la imputación de Assange cosisten en que cometió un pecado capital: divulgó información a la opinión pública sobre crímenes de Estados Unidos que el gobierno, por supuesto, preferiría ver ocultos. Eso resulta particularmente ofensivo para extremistas autoritarios como Trump y Mike Pompeo, que iniciaron el procesamiento de acuerdo con la Ley de Espionaje.

Sus preocupaciones son comprensibles. Las explicaba hace años el profesor de la Ciencia del Gobierno en Harvard, Samuel Huntington. Observaba que «el poder se mantiene fuerte cuando permanece en la oscuridad; expuesto a la luz del sol comienza a evaporarse».

Se trata de un principio crucial del arte de gobernar. Se extiende también al poder privado. Por eso la fabricación/ingeniería del consentimiento es una preocupación primordial de los sistemas de poder, estatales y privados.

Esta idea no es nueva. En una de las primeras obras de lo que ahora se llama ciencia política, hace 350 años, su «Primeros Principios de Gobierno», escribió David Hume:

«Nada parece más sorprendente para aquellos que consideran los asuntos humanos con un ojo filosófico, que la facilidad con la que los muchos son gobernados por los pocos; y la sumisión implícita, con la que los hombres renuncian a sus propios sentimientos y pasiones por los de sus gobernantes. Cuando inquiramos por qué medios se realiza esta maravilla, encontraremos que, como la Fuerza está siempre del lado de los gobernados, los gobernantes no tienen nada que los apoye sino la opinión. Por lo tanto, el gobierno se basa únicamente en la opinión; y esta máxima se extiende a los gobiernos más despóticos y militares, así como a los más libres y populares».

La fuerza está, en efecto, del lado de los gobernados, sobre todo en las sociedades más libres. Y más vale que no se den cuenta, o las estructuras de autoridad ilegítima se desmoronarán, las estatales y las privadas.

Estas ideas se fueron desarrollando a lo largo de los años, sobre todo por parte de Antonio Gramsci. La dictadura de Mussolini comprendió bien la amenaza que representaba. Cuando se le encarceló, el fiscal anunció: «Debemos impedir que este cerebro funcione durante 20 años».

Hemos avanzado considerablemente desde la Italia fascista. La acusación de Trump y Pompeo pretende silenciar a Assange durante 175 años, y los gobiernos de los Estados Unidos y Reino Unido ya han impuesto años de tortura al criminal que se atrevió a exponer al poder a la luz del sol.

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Noam Chomsky: profesor laureado de la Universidad de Arizona y catedrático emérito de Lingüística del Massachusetts Institute of Technology, es uno de los activistas sociales más reconocidos internacionalmente por su magisterio y compromiso político. Su libro más reciente es «Climate Crisis and the Global Green New Deal: The Political Economy of Saving the Planet»

Fuente: Truthout, 28 de abril de 2022Traducción: Lucas Antón

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