
¿Por qué Estados Unidos, aparentemente, sin pensarlo ni dudarlo, apoyó a un personaje deslustrado y anónimo como Juan Guaidó?
¿Fue
solo en razón a que este, aunque procedía de un partido minoritario y
le hacía un reemplazo de urgencia a Leopoldo López, el rico y revoltoso
jefe encarcelado, fungía como presidente de una Asamblea Nacional
colateral y cuyos objetivos de casualidad coincidieron?
¿O, acaso,
Guaidó no era tan anónimo como creímos, o no lo era tanto para los
veteranos halcones de Washington, quienes vieron en el currículum sus
andanzas por la Universidad George Washington, en la capital
estadounidense, desde hace 12 años, y por el Centro de Acción No
Violenta Aplicada y de Estrategias (Centre for Applied Nonviolent Action
and Strategies, Canvas), en Belgrado? (Grayzone, 2019).
¿De cuál
manera encaja que los profesores de este kindergarten encubierto
financiado por la NED y la Usaid, los laureados serbios Srdja Popovic y
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